15 febrero 2011
EL VALOR DEL PERDON
Cuando sepa que ha desilusionado o lastimado a su hijo, admítalo delante de él de una forma clara.
Pida perdón, sólo si está verdaderamente arrepentido, porque si no, su hijo le restará valor al perdón.
No se justifique ni entre en discusión con su hijo. Admita su falta.
No se disculpe si es su hijo quien está equivocado aunque él esté muy ofendido o molesto. Por ejemplo, si usted le prohibió ir a determinado lugar porque no está de acuerdo y si su hijo se molesta, esto no amerita disculpa alguna.
Es probable que su hijo se sienta herido por una conducta de usted que no es fácil de cambiar. Por ejemplo, su manera de beber. Discúlpese por lo que esto le ocasiona a su hijo, pero no le prometa que cambiará. Usted puede decirle algo como esto: “lamento haberte desilusionado o lastimado, intentaré cambiar, pero no es fácil”.
Es probable que su hijo le liste una serie de debilidades o defectos de usted, pero no admita de inmediato sus faltas sin antes haberlas analizado, antes de saber que en realidad son faltas y requiere ofrecer disculpas.
No se arrepienta de decisiones tomadas con respecto a sus valores o principios porque su hijo se siente ofendido o desilusionado, manténgase firme y explique de la manera más clara sus razones
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Muy buena reflexión y consejo además, si nosotros queremos que sean personas que acepten igual que nosotros que estamos en constante aprendizaje y en ese camino cometemos equivocaciones, es educativo equivocarse y reconocer el error para aprender... aunque a veces duele...
ResponderEliminarAsí es, nadie es perfecto pero todos somos perfectibles
ResponderEliminarCiertamente. La cuestión con el perdón es que para lograr el verdadero PERDÓN, ambas partes deben estar dispuestas a poner de su parte. Es muy fácil para algunos soltar la palabra. Para otros es tan difícil comprometerse. Pero el perdón es un bálsamo tan agradable como difícil de conseguir.
ResponderEliminares cierto
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